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Concierto IDAKI SHIN “Manifiesto Cósmico” en Etiopía
Cosmic Manifesto
I find within myself a light wishing to bloom
Visité el pueblo de Gode en Etiopía. Me topé con niños hambrientos debido a la sequía. Me miraron con sus grandes ojos transparentes, llenos de gracia inocente. Quise estar con ellos, porque allí estaba la belleza de la vida.
Sus lindos corazones son gentiles y abiertos, dándonos la bienvenida a una dimensión conectada con el vasto universo donde no se percibe límite alguno. Aunque mora mucha tristeza en sus ojos, su vida se esfuerza hacia un futuro. Admirando la vida ajena, y regocijándose en nuestro encuentro, eran centellantes y vivaces.
Una persona con el cuerpo de uno, observado por los ojos de otros, Ha sido controlada, privada de libertad, y así da a luz un estado de ánimo lleno de agonía y malos espíritus.
Lo visible dicta el resto del mundo. Cada sustancia es separada en mero fragmento. El desafío del hombre moderno, de analizar todo hasta el final, está llegando a su fin en un abismo de caos y contradicciones.
El generador esencial de un ambiente nuevo, del que habemos harto menester, no puede hallarse en ninguna parte de la conciencia de la mente actual, ni en la espiritualidad ni el lenguaje. Se manifiesta en las profundidades del propio cuerpo una fusión armónica entre un tiempo-espacio invisible y un ser interior invisible. Luego esperad el momento de reconocimiento y revelación, cuando nacerá un espíritu mental nuevo. Este reúne en sí incluso el tiempo vivido por la gente del pasado, y produce el dinamismo necesario para abrir el futuro invisible. Esta fuente nueva de energía nace del meollo de cada persona.
La gente de todas las razas comprende que la preciosa memoria de su propia historia y civilización promete un futuro glorioso, así que la amalgama mental y cultural de las gentes, razas, y nacionalidades creará el futuro de la humanidad. Esta es la gracia de la espiritualidad humana, que abre el camino para que nuestra especie siga viviendo, son lo esencial de humanidad por delante: sagacidad, generosidad, creatividad, apoyo mutuo, dignidad, esperanza, y la felicidad eterna Declaro, pues, la urgencia de ganar la capacidad vital de sentir la riqueza del cuerpo propio, y de comprender lo que sucede en su interior. Puede que haya profunda desesperación. Puede que haya innúmeros odios y rencores. Puede que haya ansiedad. Pero existe la certeza de encontrar en uno mismo una vida siempre iluminada, luciendo brillantemente detrás de todas estas sombras.
Dolores patológicos y el miedo a vivir una vida sin sentido proliferaron en la vida joven de “Tadamitsu Saito”. En la época de mis estudios secundarios, suspenso entre la vida y la muerte varias veces, sentí una tenue luz vital residente tanto en mí como en las enfermeras que tanto me cuidaban. Era mi esperanza de futuro.
A la edad de 33, decidí dedicar el resto de mi vida a la búsqueda de la verdad. Me he retirado de todo mi trabajo rutinario. Un día sentí una energía de índole incógnita entrar en mi cuerpo. Me agarró una fuerte fiebre, como si mi alma y esta energía del espacio remoto se fundieran. Este fue el comienzo de la transformación que repetidamente he experimentado en las profundidades de mi interior. Comencé a encontrarme con diversos géneros de gente y circunstancias, tales como nunca había imaginado. Luego llegué a comprender que la reconversión ambiental efectuada dentro de mi cuerpo es esencial, y está determinando toda mi vida. Por fin me hallé portador de una naturaleza completamente nueva, unida con vidas ajenas, y también con la naturaleza circundante, y por lo tanto automáticamente correspondiente con ambas en el meollo de mi vida.
Dentro de uno mismo existe un campo energético directamente conectado con el del espacio exterior, donde parece que se les permita interactuar. Sólo puedo llamarlo el secreto de la revolución cósmica, otorgando la divinidad como respuesta a “porqué nació la humanidad.” Abrazado por este vasto universo, este campo energético se convertirá en cuna de la creatividad y originalidad propia. Uno se encuentra con otros y con la dimensión incógnita de la naturaleza. El cuerpo propio se resuelve en uno ajeno. Cambiando juntos, desarrollando potenciales internos, se realiza el amor y la salud comunes a todas las criaturas. La frontera entre mente y cuerpo desaparece, y se reconoce la unidad del alma, espíritu, y cuerpo.
Expreso este proceso vital improvisando en el piano, en sintetizadores, y en otros instrumentos artísticos. Que sea reconocido y sentido por cada uno de vosotros, pues la percepción de este fenómeno generará en vuestras vidas una fuente inacabable de intuición, sabiduría, creatividad, y un nuevo orden mundial para la paz.
IDAKI SHIN